31 de enero de 2016

Manual de resistencia contra la guerra económica




Divulgar
que por el exceso de oferta mundial, el precio del barril de petróleo venezolano se ha desplomado de $100 a unos $23, mientras que producirlo cuesta unos $ 18.

Informar que el monopolio de la producción global de alimentos por unas pocas transnacionales y los trastornos climáticos han provocado un aumento brutal del precio de la comida.

Explicar que ninguno de estos cambios es culpa del gobierno venezolano, sino de megacorporaciones extranjeras enemigas que rigen la economía capitalista.

Exponer que la derecha sólo tuvo un incremento de 4,22% en su votación y que por falta de un sistema de representación proporcional, habiendo obtenido sólo 56,2% de los votos, le correspondió 67% de las curules.

Señalar que no hubo un cambio masivo del electorado hacia la derecha, sino una abstención de grandes contingentes recuperables que antes votaron por el bolivarianismo.

Detallar el enorme esfuerzo que realiza el gobierno para que estén disponibles para el pueblo a precios subsidiados combustible, alimentos y medicinas que a precios de mercado neoliberal serían incosteables.

Comparar los precios venezolanos de alimentos, medicinas y artículos de primera necesidad subsidiados, con los precios de mercado que se cobra por ellos en países cercanos.

Demostrar que no es el gobierno quien acapara, esconde productos y especula con alzas de precios, sino el empresariado que a veces los compra con dólares otorgados a tasa preferencial.

Publicar las medidas adoptadas contra comerciantes que acaparan productos y los venden a precios especulativos o hacen contrabando de extracción.

Divulgar la lista de funcionarios que otorgaron dólares preferenciales a empresas de maletín para que los dilapidaran en importaciones fantasmas, el estado de los juicios que se les siguen y las condenas respectivas.

Difundir la lista de empresarios presos por creación de empresas fantasmas y obtención fraudulenta de divisas.

Publicitar la lista de sancionados por el bachaqueo especulativo de productos subsidiados, y la de distribuidores públicos o privados penalizados por entregarles directamente dichos productos.

Exponer
las mejoras sociales, económicas, asistenciales, educativas y culturales logradas para el pueblo venezolano, que nos han asignado un Índice de Desarrollo Humano Alto y logrado el Índice de Desigualdad menor en América Latina.

Revelar el sacrificio y la discriminación que han introducido en otros países las políticas neoliberales de privatización de la educación.

Explicar la mortandad por falta de asistencia médica que acarrearía la privatización de la salud.

Rememorar el desastre que el siglo pasado significó para los trabajadores la eliminación neoliberal de las prestaciones sociales, la estabilidad laboral y las indemnizaciones por despido.

Refrescar la memoria sobre la crisis bancaria neoliberal en la cual los banqueros robaron la mitad del circulante del país.

Demostrar que la privatización de las industrias estratégicas acarrearía una catastrófica oleada de despidos y la pérdida de la soberanía.

Publicar las cifras reales, basadas en conteos de cuerpos, de los homicidios en el país, y no cifras infladas por “encuestas” de “percepción” que “perciben” que en 2009 ocurrieron 21.132 homicidios, que produjeron 19.113 víctimas (¿¡!?).

Recordar los operativos de seguridad de fin de siglo, que detenían a todos los habitantes de un barrio para verificar si tenían antecedentes penales.

Dejar de creer que figuración mediática sustituye trabajo político.

Evitar copiar las atrocidades de los medios comerciales: interrupciones a repetición, interrupciones de las interrupciones, saturación de la pantalla con cintillos, inserciones y logos chisporroteantes, vulgaridad, sensacionalismo, chabacanería.

No resucitar cadáveres insepultos de la oposición convirtiendo sus necedades en noticias.

Utilizar a plenitud el incomparable y mayoritario equipo de intelectuales y artistas revolucionarios.

Suspender el suicidio de ir inhabilitando a los mejores comunicadores progresistas.


Fuente: Que informar? por Luis Britto Garcia


22 de diciembre de 2015

Regalos sin navidad!

Sin tener poder ni militancia, he pasado a ser un muro de las lamentaciones ambulante. Me detiene un ciudadano para exponerme su problema: -“Mire, a mí el gobierno me regaló un carro”. –Lo felicito, a mí lo que me regalan es un vaso de agua por dar conferencias gratis. “Sí, ¡Pero no era último modelo!” Aun así lo felicito, mi cacharro es de 1998. “Pero le hice unas reparaciones ¡Y no me las pagaron!” Supongo que no reclama que le regalen la gasolina, porque ésta ya es regalada. Por allí se aleja la víctima rezongando, seguramente a votar por quienes no le han dado ni el tornillo que le falta.

Al ama de casa le entregan la flamante casa nueva en la nueva urbanización con escuela, dispensario y abasto, con todos los servicios, totalmente equipada, con nevera espaciosa, pero, según se lamenta: “¡Ay, vacía!” No se sabe si estará entre el 30% de esa urbanización que saldrá a votar por quienes no les han dado más que la intemperie, para después ceder su hogar dulce hogar a paramilitares y bachaqueros.

Nunca vi cola más nutrida que la del reparto de Tablets que favorecieron, entre otros, a 1.320 estudiantes de Comunicación Social de la Universidad Bolivariana de Venezuela. De ellos sólo 137 votaron para elegir delegados para la Federación de Estudiantes.


En Los cuentos del Arañero, narra Chávez su reencuentro con un campesino: “Entonces él muy alegre me dice: “Hugo, te doy las gracias”. “¿Por qué?” “No, ya yo me arreglé”. “¿Qué es eso, qué significa?” “Bueno, el tractor que me prestaste.” Yo no se lo presté, se lo prestó el gobierno revolucionario, yo ni sabía que a él le habían prestado un tractor a crédito. Ahí me detengo, lo agarro por el hombro y le pregunto: “¿Qué es lo que has hecho con el tractor?, ¿cuántas hectáreas has sembrado?” “No, yo ahora no siembro, chico. Ahora lo que hago es alquilar el tractor y me he ganado ya como veinte millones de bolívares, compré una casa nueva, ahora soy rico”. Fíjense la parte de la conciencia, él cree que eso es bueno. Yo lo regañé y le dije: “Tú eres un...”. Bueno no voy a decir la palabra. “¿Cómo tú vas a hacer eso?” Estaba explotando a sus hermanos porque tenía un tractor. Lo mismo que a él le hicieron durante mucho tiempo los dueños de la máquina, que le alquilaban el tractor y le quitaban un ojo de la cara, y todo el dinero, toda la ganancia se la llevaba el dueño de la máquina. Y esos campesinos trabajando toda la vida y nunca salieron de la miseria, esa es la verdad, ese es el capitalismo, esa es la perversión del capitalismo”.

Regalo de regalos fue –de creerle al presidente Maduro- la transferencia de 60.000 millones de dólares que realizó el gobierno socialista a sus mortales enemigos, los capitalistas parásitos, para que éstos los desaparecieran en importaciones fantasmas y empresas de maletín, evitando así la indispensable importación de alimentos y bienes de primera necesidad, cuyas consecuencias todos conocemos. Dice la oposición que nunca hubo guerra económica, ocultación de bienes ni acaparamiento. En su acucioso trabajo “Desabastecimiento e inflación en Venezuela”, Pasqualina Curcio Curcio demuestra que los picos de escasez han coincidido siempre con ofensivas desestabilizadoras de la derecha capitalista contra el socialismo: Cierre Patronal en 2003, Referendo Presidencial en 2004, Referendo Constitucional en 2007, Elecciones Regionales en 2009, Elecciones Parlamentarias, Regionales y Municipales en 2010, Elecciones Presidenciales en 2012, convocatoria a nuevas Elecciones Presidenciales en 2013, Elecciones Parlamentarias en 2015. Sigamos regalándoles lo que no tenemos.

En su esclarecedora investigación, añade Pasqualina Curcio que:
“El desabastecimiento está siendo causado por una disminución de la oferta debienes de primera necesidad en el mercado nacional debido a tres razones en el siguiente orden: 1) disminución relativa de las importaciones en kilogramos con respecto al aumento de las importaciones en US$ (el sector privado no está utilizando todas las divisas que le fueron asignadas para traer los bienes, un indicador es el costo promedio de importación que aumentó 210% pasando de 0,83 Kg/US$ en 2003 a 2,34 KG/US$ en 2013). 2) Acaparamiento de bienes primera necesidad (alimentos, medicamentos, productos de higiene personal, repuestos), principalmente no perecederos y cuya producción y distribución está a cargo de monopolios u oligopolios. 3) Colocación de los bienes en otros mercados: contrabando de extracción en las fronteras. (…) La causa original y desencadenante principal de la desestabilización económica es la manipulación, sin criterio económico, de la tasa de cambio de la moneda en el mercado paralelo. La fijación arbitraria de esta tasa a través de su publicación en páginas web, tiene dos efectos que además generan un círculo vicioso en la economía: 1) al ser referencia en los precios de la economía interna, implica un aumento del INPC, un deterioro del salario real (afectando principalmente a la clase trabajadora, que además representa el mayor porcentaje), pérdida del poder adquisitivo, recomposición de la estructura de gastos de los hogares y a mediano plazo se esperaría, una disminución de la demanda agregada de los bienes no necesarios, y presiones para la reducción de la producción y aumento del desempleo. 2) Distorsión del mercado cambiario, aumentando la brecha entre el tipo de cambio preferencial y este supuesto tipo de cambio paralelo, generando beneficios al sector privado sólo mediante la especulación con la moneda sin importar los bienes necesarios y de esa manera aumentando el desabastecimiento. Las causas del desabastecimiento y la inflación atienden a intereses políticos que buscan la desestabilización económica y social, más que a intereses de maximización de beneficios”. Así fue como sembraron la escasez artificial en Venezuela y llevaron a una gran parte del electorado, no a votar por la derecha neoliberal (que como hemos dicho, sólo creció un 4,22% con respecto a su votación de 2013), sino a abstenerse, colocando al bolivarianismo en la difícil posición de mantener sus conquistas económicas, sociales y culturales con un Poder Legislativo mayoritariamente neoliberal y proimperialista decidido a aniquilarlo. También hay que reconocer que la falta de oportuna y eficaz respuesta penal, administrativa y comunicacional de las autoridades bolivarianas facilitó esta arremetida. El gobierno debía conocer su naturaleza, y en su defecto, la conocíamos gran parte de los progresistas en Venezuela. En la Guerra Económica, sólo peleó un bando.

Dediqué mi vida a escribir, no puedo obsequiar carros ni viviendas ni tablets ni tractores ni decenas miles de millones de dólares a tasa preferencial. Apenas puedo colocar en el pesebre navideño unos magros aforismos, esperando que alguien los lea: “Por salvar rateros se pierden imperios”… “El sacrificio de la dirigencia cimenta la lealtad de las bases”…“Revolución sin ideología es piñata, donde todos se arrodillan hasta que se acaban los caramelos”.