Será un año sombrío para Estados Unidos, al perder su rol de única superpotencia e incapaz de influir en la construcción de una nueva gobernanza mundial. Porque, aunque todos los actores buscan desesperadamente caminos para salvarse, sólo los países y las regiones que se prepararon a afrontar esta conmoción pueden esperar influir en el surgimiento del mundo de mañana. Alianzas de toda naturaleza (CELAC, UNASUR, MERCOSUR, ALBA, CAN, ALADI, ALENA, OEA, UA, NEPAD, SADC, COMESA, CEDEAO, UEMOA, CEMAC, Liga Árabe, UE, AELE, ASEAN, APT, EAC, BRICS, CASSH, Unión Euroasiática, etc.) reflejan esas tentativas; aunque están más o menos adelantadas, más o menos homogéneos, resistirán más o menos a la tempestad que se anuncia.
Eurolandia, nacida de la crisis y fortaleciéndose con cada tempestad como una planta de energía mareo motriz, Asia y América del Sur son los que están en mejores condiciones para salir ganadores del gran « realineamiento » mundial; mientras que los viejos poderes, como Estados Unidos, Reino Unido, Israel, Japón, etc…, que pierde todos los trenes de la adaptación del mundo multipolar de la post crisis, se reencuentran totalmente desvalidos. Ya que se asiste a un extraordinario comienzo del juego mundial, que abre numerosas oportunidades a los protagonistas listos para aprovecharlas. Lo vemos en el Medio Oriente donde los pueblos intentan aprovecharlas para modificar la región según sus aspiraciones; lo vemos también con el BRICS por supuesto que adelantan sus peones frente a los poderes alicaídos; finalmente se ve en Europa como cada nuevo golpe de la crisis proporciona la energía para adaptarse a los desafíos del futuro.
Ya que la situación económica (recesión) y la geopolítica (tensiones extremas en el Oriente Medio, también en Asia (1), etc.) hace al año 2013 difícil, muy peligroso y de probables patinazos, las regiones relativamente más estables se verán beneficiadas por esta situación haciéndolas más atractivas. Todo es relativo, por supuesto, pero la violencia del mundo en 2013 mostrará a Eurolandia como una de los pocos refugios de paz, estabilidad, confort… y para los inversores como uno de los raros lugares del mundo que ofrecerá una cierta visión de futuro (2). Esta realidad será un poderoso motor para que Europa en 2013 salga de la crisis.
La aproximación de Eurolandia al BRICS, otra organización portadora de futuro, gravitaría muy favorablemente en la indispensable (3) reforma que requiere la nueva gobernanza mundial. La dirección del próximo G20 de septiembre en San Petersburgo, por primera vez fuera de la influencia occidental, es la ocasión para tratar finalmente los temas primordiales de gobernanza mundial, particularmente del sistema monetario internacional. Porque en 2014, las regiones mejor adaptadas ya estarán encaminadas hacia el mundo de mañana.