Habíamos colocado 2013 bajo el signo de los « primeros pasos del mundo de mañana en pleno caos » (1). Realmente fue el año cero de este nuevo siglo que en sus finales vio emerger las soluciones por todas partes. En este comienzo de año todos los proyectores están dirigidos hacia la Eurozona, China, Rusia y BRICS donde se idean, con una increíble rapidez, las herramientas destinadas a conformar el nuevo orden: el « mundo de ayer » deja lugar al « mundo de mañana ».
Sin embargo el riesgo permanente sigue siendo el de una explosión debido a un sobrecalentamiento del mundo financiero impulsado por los increíbles desequilibrios estadounidenses... muy poco o nada resueltos. Y el actual período de transición, sin duda esperanzador, ciertamente no deja de ser por ello menos peligroso. Uno de los peligros reside en el « smog » (2) estadístico que, probablemente, caracterizará a este año: por una parte, los indicadores económicos y financieros estadounidenses perdieron todo sentido a fuerza de ser manipulados para esconder la catastrófica realidad; por otra, las herramientas de transparencia estadística del mundo emergente no son todavía lo suficientemente fiables para alumbrar correctamente la realidad. En 2014 el actual colapso de la visibilidad estadística, que viene desde hace varios años, y el principio de la organización de la transparencia de la economía mundial que se necesita para planificar las estrategias, hace que estemos tocado el fondo de la comprensión estadística. Y esto no dejará de tener consecuencias.
« SMOG » ESTADÍSTICO
El período actual es particularmente difícil de analizar. Las experiencias de inyección de liquidez por los bancos centrales apenas tienen equivalente histórico, actúan insidiosamente como una morfina; los mercados bursátiles evolucionan en forma inversa a la salud económica de los países; las finanzas y los productos derivados están fuera de todo control; Occidente y particularmente Estados Unidos intentan esconder su situación catastrófica gracias a indicadores que no significan nada, como las cifras de paro... ya analizamos en profundidad esta «niebla estadística» en el GEAB N°73: las brújulas del antiguo mundo se enloquecen.
Los mercados que están siendo alimentados por el biberón de la FED y no quieren abandonar el paradigma dólar mientras exista una gota de sangre para chupar, son ampliamente responsables de esta ceguera. Similarmente a la rana que inmersa en agua que se calienta percibe el aumento de la temperatura cuando es demasiado tarde, la ruptura del termómetro, siendo práctica para mantener la ilusión, es suicida. La salida es difícil de encontrar a la luz del día pero en la obscuridad se torna imposible. Ya lo dijimos, la Eurozona tuvo la posibilidad de estar a plena luz durante varios años gracias a la « crisis del euro » y no esconde sus dificultades bajo un cúmulo de liquidez (3), posibilidad de la que no saca provecho Estados Unidos que se dirige con los ojos vendados hacia el precipicio, como lo veremos.
Es así que los dirigentes deben avanzar con gran prudencia en un camino sembrado de baches y en el cual la ausencia de indicadores fiables les impide apreciar correctamente la situación. En estas circunstancias toda anticipación, previsión o planificación es, por supuesto, muy difícil. Aunque los países emergentes están impulsados por dinámicas extremadamente poderosas que les permiten algunas desviaciones, los pasos en falso puede tener consecuencias dramáticas para los demás. Es por eso que la FED está llevando a cabo un notable trabajo de equilibrio y hasta ahora fue lo suficientemente talentoso como para mantener al país en la cuerda floja... mientras ésta exista.