1 de octubre de 2011

Última advertencia antes del shock del Otoño de 2011: momento en que 15.000 millardos de USD de activos financieros se hagan humo

El 15 de diciembre de 2010, en el GEAB N° 50, el equipo del LEAP/E2020 anticipaba la explosión de las deudas públicas occidentales para el segundo semestre 2011. Describíamos entonces un proceso que arrancaría a partir de las crisis de las deudas públicas europeas (1) para luego incendiar el corazón del sistema financiero mundial, es decir la deuda federal estadounidense (2). Y aquí estamos con este GEAB N°56 en el umbral del segundo semestre 2011, con una economía mundial en total desorden (3), un sistema monetario global cada vez más inestable (4) y las plazas financieras desesperadas (5) y todo esto a pesar de los millares de millardos de dinero público invertidos precisamente para evitar esta situación. La insolvencia del sistema financiero mundial, y en primer del lugar sistema financiero occidental, vuelve nuevamente a protagonizar la escena después de un poco más de un año de políticas cosméticas que pretendían sumergir este problema fundamental inundándolo de liquidez. 

Habíamos estimado en 2009 que el planeta contaba con aproximadamente 30.000 millardos de USD de activos-fantasmas. Más o menos la mitad se evaporó en seis meses, entre septiembres de 2008 y marzo de 2009. Para nuestro equipo, ahora es el turno de la mitad restante, los 15.000 millardos de activos-fantasmas que quedan, se evaporarán por completo entre julio de 2011 y enero de 2012. Y esta vez, las deudas públicas también serán de la partida, contrariamente a 2008/2009 donde, esencialmente, fueron afectados los actores privados. Para tener una idea del shock que se prepara, es útil saber que hasta los bancos americanos comienzan a disminuir el uso de los Bonos del tesoro estadounidense para garantizar sus transacciones, por temor a los crecientes riesgos que pesan sobre la deuda pública de Estados Unidos (6). 

A los agentes del planeta financiero, el impacto del Otoño de 2011, literalmente les generará la sensación que el piso cede debajo sus pies, puesto que es la base del sistema financiero mundial, el T-Bond, que se hundirá abruptamente .



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