9 de marzo de 2012

Rusia y la evolución del mundo

La Red Voltaire reproduce el artículo que el candidato Vladimir Putin dedicó a su futura política exterior, artículo publicado en el diario Moskovskie Novosti. En esta primera parte, el candidato Putin señala la erosión del derecho internacional como resultado de la política injerencista de Occidente y enuncia la interpretación rusa de la llamada «primavera árabe» como revolución coloreada. Aborda además la catástrofe humanitaria y moral resultante del ataque contra Libia y se interroga sobre los causas del belicismo occidental en Siria. Finalmente pasa en revista los desafíos que enfrenta Rusia, específicamente en Afganistán y Corea del Norte. Cinco años después de su discurso en la conferencia de Munich, Vladimir Putin se mantiene fiel a los mismos principios. La Federación Rusa estima que tiene un papel que desempeñar como garante de la estabilidad mundial, basada en el respeto del derecho internacional.
Ya he abordado en mis artículos [1] los principales desafíos que Rusia enfrenta hoy en materia de política exterior. El tema merece, sin embargo, une discusión más detallada, y no sólo porque la política exterior sea parte integrante de toda estrategia nacional. Los desafíos externos y la evolución del mundo que nos rodea nos llevan a tomar decisiones de orden económico, cultural, presupuestario y en materia de inversiones.
Rusia forma parte de un vasto mundo, tanto desde el punto de vista de la economía y la difusión de la información como en lo tocante a la cultura. No podemos ni queremos aislarnos. Esperamos que nuestra apertura permita mejorar el bienestar y la cultura de los ciudadanos rusos y fortalecer la confianza, que está convirtiéndose en un recurso difícil de encontrar.
Pero nos apoyaremos sistemáticamente en nuestros propios intereses y objetivos, y no en decisiones dictadas por terceros. A Rusia sólo se le respeta y se le toma en serio cuando es fuerte y cuando defiende sus posiciones con firmeza. Rusia ha tenido prácticamente siempre el privilegio de poder aplicar una política exterior independiente. Y así será en el futuro. Más aún, tengo la convicción de que sólo es posible garantizar la seguridad mundial con el concurso de Rusia, y no tratando de marginarla y de debilitar sus posiciones y su capacidad de defensa.